La información exacta y precisa sobre el equilibrado de los neumáticos es importante para cualquier conductor. Muchos desconocen en qué consiste, cómo, dónde y cuándo realizarlo y qué problemas puede orinar la falta de atención sobre esta cuestión.
Para empezar, el equilibrado de los neumáticos es de vital importancia para garantizar nuestra seguridad vial. Algunos pueden confundirlo con la alineación de las ruedas, pero no es lo mismo.
Por todo ello, en este artículo vamos a despejar algunas dudas al respecto y a ofrecer información útil y precisa sobre el equilibrado de los neumáticos.
¿Qué es el equilibrado de los neumáticos y por qué es importante para nuestra seguridad?
Aunque muchos lo desconozcan, las prestaciones óptimas de los neumáticos pueden verse afectadas de forma directa e importante por un mal equilibrado de los neumáticos. Se trata de un procedimiento mecánico que solo deben realizar los profesionales expertos y que tiene como objetivo garantizar la seguridad de los conductores al realizar maniobras con el vehículo.
Un buen equilibrado, evita vibraciones molestas e innecesarias en el vehículo. Éstas pueden producirse en la parte frontal de la cabina, volante y salpicadero, cuando falla el equilibrado de las ruedas delanteras. Mientras que si lo notamos en los asientos traseros del coche, puede obedecer a un mal equilibrado de los neumáticos traseros.
Las vibraciones se perciben cuando circulamos a una velocidad de entre 90 y 120 kilómetros por hora. Si conducimos por debajo de ella, puede que pasen desapercibidas. Y si superamos esa velocidad, desaparecerán las vibraciones, pero persistirá el problema.
La fabricación de neumáticos se sirve de una tecnología cada vez más avanzada. Sin embargo, las alteraciones en la compensación de las ruedas es un problema frecuente y común, que debe solucionarse cuanto antes. Puede estar motivado por giros o frenadas bruscas a gran velocidad, golpes de las ruedas contra baches o bordillos o acumulación de barro en las llantas de determinados tipos de vehículos.
Estas alteraciones afectan a la suspensión, la dirección, los amortiguadores o el bastidor, entre otros sistemas del vehículo, generando vibraciones y problemas de seguridad.
¿Cuándo, cómo y quién debe realizar el equilibrado de los neumáticos?
En principio, cada vez que acudimos a un taller para cambiar un neumático o para reparar una avería que requiera el desmontaje y montaje de los mismos, es necesario volver a equilibrarlos. Es un proceso mecánico que debe realizarse en el taller, de mano de los profesionales y usando unas máquinas precisas, creadas específicamente para ello.
Cuando las ruedas están perfectamente equilibradas, conducimos mejor y de forma más segura. Pero, además, protegemos la suspensión, los amortiguadores, la dirección, la transmisión y una larga lista de sistemas relacionados con ellos.
Debemos comprobar el equilibrado de los neumáticos si:
- Topamos con un bordillo o un bache importante, ya que el golpe puede producir que se pierda el contrapeso.
- Si realizamos una frenada brusca a alta velocidad, ya que puede producirse un desgaste irregular del neumático.
- Si pinchamos y cambiamos nosotros mismos la rueda.
- Si tenemos un vehículo todoterreno y se ha acumulado barro en las llantas o en la suspensión.
- Si notamos vibraciones molestas en la parte delantera o trasera del vehículo.
Si no controlamos bien el equilibrado de los neumáticos, su vida útil puede verse reducida hasta en un 50%, ya que se produce un desgaste irregular de la cubierta.
Por otro lado, unos neumáticos mal equilibrados pueden provocar que el coche no responda como debe ante maniobras extremas o inesperadas, a gran velocidad. Y, como ya sabemos, la seguridad es lo primero a la hora de ponerse al volante. Por cierto, recuerda que la rueda de repuesto original también debe ser equilibrada.
Para realizar el equilibrado de los neumáticos los mecánicos usan unas máquinas que calculan el equilibrio justo entre éstos y la llanta. Para conseguirlo, existen unos contrapesos que se colocan en las llantas. Los hay de distintos tipos y maneras, en forma de grapas o de adhesivos, que son colocados dentro o fuera de la llanta.