Hace apenas 20 años era común acudir a un concesionario para comprar un coche automático con tres velocidades, sobre todo en Estados Unidos. Ahora, menos de seis marchas en la caja de un auto parece algo totalmente anticuado e inconcebible. De hecho, algunos fabricantes han empezado a apostar por las diez.
En 2001, cuando el BMW de la Serie 7 fue dotado con una caja de cambios automática de 6 velocidades fabricada por ZF, parecía que el desarrollo de este componente había marcado un hito, sin embargo, dos años después, en 2003 Mercedes lanzó su 7G-Tronic, con 7 cambios.
Para enfrentar a su competidor, ZF decidió perfeccionar su caja de 6 (6HP) marchas hasta convertirlas en las mejores del mundo; logró un sistema capaz de bajar varias velocidades en décimas de segundo y sin interrumpir la transmisión de par. Lo que jamás admitió ZF, fue que existiera la necesidad de sumar una séptima marcha, de hecho, la consideraba innecesaria. Sin embargo, poco después, en 2008, lanzaron la caja de ocho velocidades (8HP) para BMW. La nueva joya de la colección ahorraba un 14% de combustible, en comparación a la 6HP y cambiaba de marcha en apenas 200 milisegundos. Actualmente, presta servicio en marcas tan prestigiosas como Alfa Romeo, Rolls Royce y Aston Martin.
En 2014, ZF lanza la segunda generación de cajas de cambio automáticas de 8 velocidades, asegurando que éstas eran más que suficientes para lograr un rendimiento óptimo: “No se trata de tener muchas marchas, sino de tener una relación entre la marcha más corta y la más larga lo suficientemente grande. Incrementar el número de marchas proporciona beneficios totalmente despreciables”; sin embargo, el pasado año 2018, ZF fabricó su caja de 9 velocidades, mientras que otros fabricantes como Aisin y GM/Ford han desarrollado sus alternativas de 8 y hasta 10 velocidades respectivamente, esta última equipada a coches de marcas como Mustang y Chevrolet.
Esta vez, los fabricantes afirman que diez velocidades son más que suficientes.
¿Para qué se necesitan muchas marchas? El problema de la eficiencia
Los motores de combustión suelen tener una flaqueza: pueden entregar mucha potencia, pero logran alcanzar un funcionamiento óptimo y eficiente en una zona muy reducida de su rango de revoluciones. Para llevar el consumo al mínimo y, por tanto, aumentar el rendimiento, es necesario que las revoluciones puedan mantenerse lo más cerca posible a esta zona ideal. Por otra parte, las normativas legales exigen una cantidad máxima de CO2, sustancia que resulta como consecuencia de la combustión, cada vez más limitada.
Los cambios de 10 velocidades permiten llanear 90Km/h con el motor girando a 1 200 rpm. Su quinta velocidad equivale a la tercera de una caja de 6 velocidades. Otro cambio radical se aprecia en la ligereza y la suavidad de su funcionamiento, los cuales posibilitan un gran confort a los conductores y pasajeros.
En cuanto a la eficiencia de la caja, el cambio de 10 velocidades sólo consume el 2% de la energía que transmite, alcanzando una eficiencia del 98%, mientras que los valores aproximados para cajas de cambio oscilan entre el 87% y el 95%.
¿10 marchas son demasiadas?
Decir que 8, 9 y hasta 10 marchas son demasiadas, sería negarle a la industria automovilística y a sus fieles seguidores la posibilidad de seguir explorando nuevas formas de hacer más poderosos y eficientes los sistemas que utilizamos en la actualidad para hacer nuestra experiencia en las carreteras cada vez más confortable. Las ganancias de los nuevos cambios automáticos de marcha se pueden constatar a través de estadísticas objetivas e, indiscutiblemente, nos brindan los beneficios de un coche mucho más cómodo, seguro, eficiente, e incluso más respetuoso con el medio ambiente.
Tal vez 10 cambios sean suficientes por ahora, o tal vez los cada vez más populares coches eléctricos terminen arrebatando la supremacía a los motores de combustión en un futuro no muy lejano. Sin embargo, en los tiempos que corren, la realidad es que el desarrollo de nuevas mejoras para las cajas de cambio actuales, significan un notable avance en la calidad y efectividad de los autos que actualmente usamos para desplazarnos cada día.