Descubriendo al aceite de motor

por | 12 junio, 2017

El lubricante que usemos va a afectar directamente al motor del vehículo. Hay muchos conductores que desconocen esta realidad o no se toman en serio la afirmación. Sin embargo, es fundamental prestar al aceite del motor la atención necesaria, si no queremos que nuestro bolsillo se vea afectado por reparaciones que podríamos haber evitado.

El motor es, evidentemente, la parte fundamental del coche. Su buen funcionamiento es que lo que mueve todo lo demás. Y, por si no lo sabes, el aceite influye directamente en este buen o mal funcionamiento. De hecho, es uno de los elementos más importantes a la hora de garantizar una larga vida útil a nuestro coche.

Destruyendo falsos mitos sobre el aceite del motor.

Como sabrás, cada motor necesita un tipo concreto de aceite que, por sus particularidades, se ajusta exactamente a las necesidades de cada vehículo. Es el fabricante el que determina cuál es el tipo de aceite más adecuado para cada motor y, sí, hay que hacerle caso y tener en cuenta sus recomendaciones.

Esto que acabamos de explicar, no es un mito, pero lo siguiente que vamos a exponer aquí sí lo es. Se trata de esa falsa creencia que asegura que, si no usamos mucho el coche, no hace falta cambiar el aceite.

Bueno, pues esto es del todo falso. El aceite sí que se ve afectado por el kilometraje del coche, pero lo cierto es que, si no usamos el vehículo, también se ve afectado. El motivo es que, al estar parado mucho tiempo, las partículas que hay en suspensión caen al fondo del depósito, junto a algunos lodos del motor. Y eso es muy negativo para el coche.

Es decir, usar poco el coche no nos libera de la obligación de cambiar el aceite cada cierto tiempo. De hecho, la mayoría de fabricantes recomiendan su renovación por volumen de kilómetros o por periodos de tiempo, precisamente para evitar este tipo de problemas.

Otro mito: cuanto más aceite, mejor. Otra leyenda que hay que desmentir y erradicar del imaginario colectivo. El motor requiere una cantidad concreta de aceite, ni más, ni menos. Y si no nos ajustamos a ella, se verá afectado de forma negativa porque no funcionará como tiene que hacerlo.

Por último, cambiar de marca de aceite no debe suponer un problema, siempre que el nuevo tenga las mismas características. Y, si hablamos de filtros, nuestra recomendación es que los cambies con frecuencia. Son los que filtran las impurezas del aceite y, cuanto mejor estén, mejor harán su trabajo.

¿Cómo influye la calidad del aceite en el motor?

Una de las funciones del lubricante del motor, es garantizar una correcta fricción entre las piezas. Si el aceite no tiene la calidad deseada, el proceso no se realizará correctamente y algunos elementos pueden llegar a deformarse por el roce.

Por otro lado, la potencia óptima del motor se mantiene solo si éste está bien lubricado. Además, consumimos menos combustible porque lo hacemos trabajar en su justa medida, sin esfuerzos innecesarios.

Por otro lado, una calidad óptima del aceite nos ayuda a evitar atascos en los conductos por los que circula, así como daños en la fricción de las piezas metálicas. ¡No puedes llegar a imaginarte la cantidad de averías que llegan a producirse, por no usar lubricantes de buena calidad!

¿Sabes que el aceite del motor puede contaminarse?

Pneumaticos en AndorraEs muy posible que no lo supieras, pero, sí. Eso pasa. Y puede contaminarse de muchas maneras. Algunas no las podemos evitar, como, por ejemplo, cuando se mezcla con metales pesados que hay en el ambiente. Éstos llegan al motor a través de los filtros o, incluso, de la varilla de medición del aceite, y son muy dañino para su funcionamiento.

También puede contaminarse con restos de agua o de combustible, lo cual afecta directamente al proceso de lubricación y puede generar atascos en los conductos.

Por último, el aceite puede contaminarse con los restos del lubricante anterior, pues siempre quedan en el fondo del depósito.

Un aceite contaminado es un auténtico enemigo para nuestro motor: puede generar fallos importantes, obstruir los filtros y conductos, romper las piezas y provocar averías muy costosas.

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